Introducción 
Contexto histórico
Boecio termina considerando a la persona humana como lo más bajo de la jerarquía de seres espirituales –Dios y ángeles–.
Es en este nuevo concepto donde se ve con claridad que Dios apela a la naturaleza divina del hombre ya que fue “creado a imagen y semejanza”, pues es racional; a causa de esto, el cristiano debe vivir una vida ascética, de lucha y esfuerzo por permanecer en acto en su esencia misma. Ambos pensadores ponen énfasis en la persona –individuo– por encima de la especie.